Esta es una RECETA EXPERIMENTO porque, si bien es muy fácil de hacer, requiere un poco de paciencia y muchas ganas de jugar y experimentar.
Para esta receta vamos a necesitar:
2 tazas de semillas de trigo sarraceno pelado (crudas).
1 taza de agua.
Un poquito de condimentos, sal, o lo que nos guste.
Una procesadora/licuadora/mixer.
Pasos:
– Lavar las semillas, cubrir con agua y dejar remojar toda la noche.
– Al día siguiente, tirar ese agua (pueden regar las plantitas), y meter en la licuadora las semillas con la taza de agua. Licuar.
– Nos queda una preparación líquida. La ponemos en un recipiente, tapamos y la dejamos fermentar 24 hs ¿Dónde? En algún lugar que no esté muy frío.
– Al día siguiente, mezclamos con nuestras especias y ponemos a cocinar en el horno o, como yo hice, en una sartén o la flip de Essen, hasta que se pueda clavar un palillo y este salga seco.
¿Desde cuándo se puede comer?
Sin sal, desde el inicio de la alimentación complementaria.
¿Qué es el trigo sarraceno?
No es trigo, ni sarraceno. Es un pseudocereal (no tiene gluten) que cuenta con proteínas de muy buena calidad para nuestro cuerpo, y bajo índice glucémico (sus carbohidratos se absorben de a poco y no producen «picos» altos de azúcar en sangre) .
Y, ¿qué sabor tiene?
Para quienes estamos acostumbrados a la harina de trigo y solo a esa (todos) es RARO. Raro y fascinante porque es como volver a ser bebé y sentir sabores que no conocemos y que podemos aprender a incorporar.