Porteo hoy y siempre

Hace 5 años viví el verano más hermoso de mi vida. Salimos de Neo y aprendimos a escuchar los ruiditos nocturnos de nuestro primer hijo, agradeciendo cosas inauditas como que respirara solo.

Hace 5 años portee por primera vez (y no bien, por supuesto, pues los pies adentro) con inmensa felicidad. Al día de hoy, no me alcanzan las palabras (y eso que las palabras me acompañan mucho) para describir esa magia maravillosa de sentir ese bollito tibio respirando en mi cuello.

Hace 5 años fuimos un poco desorientados a un taller de porteo con @crianzaenbrazos (que encima era de fulares tejidos, ni idea nosotros) y, como todo lo que sucedía en ese momento de la mano de Juan, se abría un mundo colorido, lleno de telas color mariposa abrazando cuerpos que se querían.

Esta semana después de mucho tiempo de no portear, hijo menor pide subir al «portanenes» con el entusiasmo de quien pide helado de chocolate. Y una vez más, nos abrazamos en los trapos, finjo que no lo encuentro para que ría a los gritos en mi espalda, charlamos en las esquinas de Caballito, mientras hacemos trámites, sobre cómo Jacinto se puso un gorro de pirata.

La mujer que portea en el 2022 no es la que porteaba en el 2017: hubo mucho dolor y mucha felicidad que dejaron huella. Y, como un hilo conductor, en todo ese camino los trapos arcoiris se trenzaron con la historia, silenciosos, firmes, suaves, envolviendo el regalo del tiempo y del amor.

Lee más información sobre porteo aquí.

Comparti en las redes

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on email
Email
Share on whatsapp
WhatsApp