La comida es un hecho social. Tal vez por eso es tan histórico utilizarla como premio o como castigo.
Castigar a un niño utilizando el hambre como herramienta es, lisa y llanamente, violencia. Negarle alimento no le va a enseñar ninguna cosa buena: simplemente le va a mostrar que aquellos que deben garantizar su salud también pueden lastimarlo.
Si alguna vez utilizamos este recurso, y ahora tenemos otra información, no es la búsqueda de este post impartir culpas o angustias. Al revés: bienvenidas las reflexiones y las búsquedas, los repensarse y los aprendizajes en pos de la salud de la infancia y de toda la sociedad.
Pedir ayuda, buscar herramientas cuando la situación se nos hace intolerable como adultos, es una actitud de responsabilidad que impactará directamente en lo que ven y aprenden nuestrxs hijxs.