“Hoy no puedo más”: La crianza, y también la culpa

sabrina_critzmann

Estuve muchas horas en el trabajo. Me dijeron que estoy rindiendo menos por dormir poco. Y si, realmente necesito tiempo para sacarme leche. Retiré el acolchado del lavadero; puse a lavar la ropita del bebé; limpié el pis del perro. Anoche dormí muy poco porque ayer pusimos vacunas y hubo fiebre.

Y el cansancio ahí, presente, invadiéndolo todo.

Cansancio, hartazgo. En casa hay gritos y llantos. Prendo la tele y se calman. Dejo la tele prendida, con culpa porque no tendría que ponerles pantallas. Descongelo comida, con culpa porque no estoy cocinando fresco ni sano. Me contengo de gritar al tercer garbanzo que vuela en medio de un berrinche. Pero, uff, ¡como gritaría!

¿Esto significa que no amo a mis hijos; que soy una mala madre? Yo cuido todo el día, ¿y a mí quién me cuida? Miles de cuentas de Instagram diciéndome qué hacer, haciéndome sentir horrible. La culpa, siempre la culpa. Y la noche empieza otra vez.

No, no sos mala madre

No, todo lo relatado anteriormente no es ser mala madre. Al revés, es ser la madre que podemos ser en un sistema absurdo, de múltiples imposiciones sobre la maternidad y sin ninguna facilidad hacia la misma. En un mundo donde se nos exige trabajar como si no criáramos, y criar como si no trabajáramos.

Este último texto no está escrito en femenino de casualidad, porque si bien hay todo tipo de familias y padres cumpliendo su rol en la crianza, las miradas ajenas para las críticas aún suelen posarse en la madre. Hay mucho para cambiar.

Somos las madres que podemos ser

Hay que reconocer que, ciertos días, todo nos sobrepasa. Esto es importante porque es lo que hace que podamos decirlo y que no quede doliendo, y también es mostrarles a nuestros hijos que somos personas. La crianza respetuosa también es eso: validar las emociones y necesidades de todos los miembros de ese vínculo.

En esos días, aflojar en lo que se pueda. Si tenemos tribu, pedir ayuda. Si no quiere vestirse, que ande en culito. Si no se secaron los pañales de tela, no sucede nada con que un día use descartables. Si los platos quedaron sin lavar, qué pena. Somos humanos.

Lo único importante es que nos amamos, que todos estamos aprendiendo a la par y que habrá días mejores. En serio.

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