Angustia del octavo mes

Angustia octavo mes

Por más de que nazcan a término, los bebés continúan siendo prematuros varios meses más. Necesitan contacto, contención, upa, atención permanente y, sobre todo, la presencia de una figura de apego que le ayude a comprender el mundo. A este proceso le llamamos «exterogestación».

El bebé, hasta cierta edad, no sabe que él y su mamá son personas diferentes. Tampoco entiende que las cosas no desaparecen del universo cuando desaparecen de su vista.

A los 8 meses, aproximadamente, (pues hay bebés que lo experimentan antes y otros después), empiezan a aparecer estos conceptos, lo que causan sorpresa y angustia.

De repente, un bebé apacible, que dormía muchas horas a la noche, se despierta cada una hora llorando desconsolado. O una beba que se «quedaba con todos» no deja que la aupe nadie más que su mamá. O el tratar de ir al baño se vuelve una tragedia griega con gritos de verdadera angustia. O de repente, un bebé que toma teta se pone en «modo ternero» y no entendemos qué pasa.

Para el bebé, que está empezando a procesar que es UNA PERSONA DIFERENTE, que nos alejemos de su campo visual es compatible con que desaparezcamos para siempre. Aún no entiende la permanencia del objeto: si no lo ve, no existe.

Es una época difícil para muchas familias porque no comprenden qué está pasando. ¡Si hasta ayer se quedaba con la abuela y se reía todo el día!

La angustia del octavo mes es algo ABSOLUTAMENTE NORMAL y que TIENE QUE SUCEDER. Incluso sucede en bebés que no lo expresan tan floridamente. Es parte de la constitución del aparato psíquico de un niño sano.

¿Cómo podemos acompañar?

  • Medidas anticipadas: Sí, los bebés entienden. Explicar todo: que vamos a hacer pis al baño; que vamos a trabajar unas horas y se va a quedar al cuidado de la niñera pero a las 6 estamos de vuelta; que papá va a comprar pero vuelve. «Esconderse» para salir por la puerta, «tratar de que el bebé no se de cuenta porque sufre» solo los confunde.
  • Jugar al «¿Dónde está?»: Los bebés a esa edad empiezan a disfrutar mucho los juegos de «esconderse y aparecer» y, generalmente, tienen la coordinación motriz para imitar y hacerlo ellos por su cuenta. Participar de estos juegos les ayuda a entender que, a pesar de que una cara «desapareció» atrás del trapito, ¡sigue estando en el mundo!
  • Jugar a esconder chiches abajo de una tela, y que los descubra.
  • Permitirle «revolear» cosas y ver hasta dónde llegan, qué ruido hacen y devolvérselas, mostrándole que se han caído de su sillita alta, por ejemplo, pero no del mundo (acá es cuando los adultos ejercemos toda nuestra habilidad de hacer sentadillas).
  • Podemos usar objetos de apego/transición: algún juguete y algún trapito que los acompañe y les aporte seguridad y calma.
  • El porteo ergonómico puede ser una excelente ayuda en este momento de mucha demanda de brazos y contacto.
  • Explicarle al resto de la gente que es un proceso normal y sano.
  • Mucha upa, paciencia y comprensión de que es una etapa NECESARIA. No «dejarlo llorar» ni decir que es «caprichoso/a». No es algo que el bebé pueda controlar, está descubriendo el mundo.

    Lo repito en todos los post, porque me parece importante: ESTO TAMBIÉN PASARÁ. Mientras más información tengamos, más herramientas podemos construir para atravesar la crianza.

Si querés saber más sobre Consultorio hacé click ACÁ

Comparti en las redes

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn
Share on email
Email
Share on whatsapp
WhatsApp