Ya hemos hablado varias veces acerca de que los bebés menores de 6 meses no requieren otro líquido u alimento que no sea leche, ya sea materna o de fórmula.
A partir de los 6 meses, el líquido a ofrecer es el agua potable, en pequeñas cantidades que puedan ser gestionadas por el/la niño/a.
Los niños mayores de 6 meses no requieren otro líquido que no sea agua. Ni jugo de naranja, ni licuados, ni jugo en polvo dietético.
No existe ningún jugo recomendado, al contrario, el consumo de jugos está asociado a múltiples trastornos como las caries, diarrea, trastornos gastrointestinales, dolor abdominal, trastornos del sueño e insomnio, urticarias y alergias….
Si un niño no quiere tomar agua es porque no tiene sed. Los niños dicen que tomar agua «no les gusta» cuando tienen el acceso a bebidas dulces de elaboración industrial, ofrecidas por adultos. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad como adultos elegir qué les ofrecemos..
Todas estas bebidas tienen una pobre calidad nutricional, tengan o no tengan azúcar, y desplazan el consumo de alimentos de mejor calidad..
¿Y el jugo exprimido casero? Sin dudas, siendo mucho mejor que un jugo industrializado, tampoco es recomendable, pues es preferible ofrecer la fruta entera.
Puede ser ofrecido a veces como una golosina o algo especial, pero no ser, en lo posible, una conducta habitual. Al no tener fibra, solo aprovechamos el azúcar de la fruta, un azúcar que se consume rapidito y se pide más. Lo que llamamos «calorías vacías». Los licuados conservan la fibra y son mejores, pero seguimos insistiendo que no son para tooodos los días del año. Es muy diferente comerse una fruta a tomarse un líquido con un montón de frutas licuadas..
Como siempre decimos, no es cuestión de prohibir, sino de estar informados para poder elegir.
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