Hay múltiples razones por las cuales una mamá puede decidir sacarse leche: vuelta al trabajo fuera de casa, lactancia diferida, bebés internados, para donar, para cocinar…
¿Dónde podemos guardar esa leche?
- La leche materna se puede almacenar en recipientes de plástico aptos para alimentos, recipientes de vidrio o bolsitas almacenadoras que se venden específicamente para ese fin. Si pudiéramos elegir, son preferibles los recipientes rígidos, pues las bolsitas, si bien son muy cómodas para almacenar, se pueden dañar durante su transporte (aunque son muy cómodas cuando pasamos mucho tiempo alejadas de nuestros bebés, como por ejemplo, las mamás médicas que hacemos guardias de 24 horas…)
- Los recipientes de vidrio pueden ser los de yogur, con tapa de plástico; o de café pequeños, también con tapa plástica. Hay muchas marcas que venden recipientes de plástico aptos. No se sugiere con tapa de metal pintado porque se puede descascarar y contaminar la leche.
- Los frascos para análisis de orina no están recomendados pues están esterilizados de tal manera que pueden resultar tóxicos. Se usan en muchas Neo y también para donar leche, pero dichos frasquitos tienen otro tipo de esterilización y sí son aptos.
- ¿Hay que esterilizar siempre los frascos? A menos que el bebé esté internado, no es necesario. Se lavan con agua y detergente, enjuagando cuidadosamente todos los restos del mismo, y secando por escurrimiento, sin refregar con telas para evitar pelusas. Si no contamos con jabón, como nos puede pasar en el trabajo, enjuagar bien con agua caliente también es válido.
- ¿Cuánto pongo en cada frasquito? Se recomienda frizar de a poco, entre 30 y 60 ml por frasco ¡Es preferible descongelar varios frasquitos a desperdiciar leche! Y esto se los digo por experiencia.