Les dejo otro de los objetos bizarros que el mercado nos vende para los bebés, y que NO recomiendo comprar.
El guante mordillo se promociona como eso, un guante mordillo que el bebé no se puede sacar. De esa manera, tiene como “beneficio” que no se cae y que el bebé no se irrita la mano con saliva (??).
Una de las primeras cosas que encuentra la boca del bebé es su manito, que al principio anda descoordinada por ahí. La boca la explora, la evalúa; el cerebro la percibe y la conoce, y así se va construyendo la imagen del cuerpo.
La mano evoluciona espectacularmente durante los primeros meses del bebé. Pasa de hacer prensión involuntaria (cuando le ponemos el dedito en la mano a un recién nacido y nos aprieta, no es voluntario: es un hermoso reflejo que viene desde que éramos monos); a ser radar del universo, destructora de collares de mamá, intrépida exploradora de agujeros de enchufes y cazadora de bichos bolita.
Ponerle este artefacto a un bebé es limitar su movimiento, exploración y desarrollo. ¿Podemos usar mordillos si duele la erupción dentaria? ¡Por supuesto! Pero no es necesario adosárselos al cuerpo.
Estos cosos marketineros no solo son innecesarios, sino que también entorpecen el neurodesarrollo.
Si ya lo compraste…¡no hay problema! Lo podés usar como mordillo común y corriente.
¿Querés saber más sobre dientes? Hacé click ACÁ.
