Cuando llegaron al país las primeras vacunas (Sputnik V) contra el Covid-19 aún no se contaba con trabajos científicos que garantizaran que las mismas fueran inocuas en situaciones de lactancia.
Sin embargo, meses atrás, la OMS se posicionó a favor de continuar la lactancia en aquellos casos donde la madre estuviera cursando una infección por Covid-19 (siempre que su salud lo permitiera y fuera su deseo). Se comprobó que, como en cualquier infección, anticuerpos contra el virus se excretan en la leche materna y protegen al bebé del contagio o lo ayudan a recuperarse si esto sucede. Cabe mencionar que, al momento de lactancia, es importante la higiene de manos y el uso de barbijo en la medida de lo posible. Suspender la lactancia no está aconsejado.
Pasaron las semanas y los trabajos científicos avanzaron, determinando que NO existe riesgo ni para la mamá ni para el bebé-niñx lactante. Entonces, las personas que amamantan y se encuentran en los grupos de riesgo SÍ pueden vacunarse contra el Covid-19.
No se recomienda destetar para recibir la vacuna, ni sacarse leche y tirarla, ni dejar pasar unos días. Los síntomas adversos más comunes por la vacunación son cansancio, cuadros febriles de rápida resolución y dolor en el sitio de aplicación. Ninguna de las vacunas pueden causar Covid-19 porque no se usan virus vivos para su fabricación.
Además de la Sputnik V, están llegando al país vacunas de otra procedencia (Oxford, Sinopharm, etc). Y sí, todas ellas también se pueden aplicar en período de lactancia.
Existe una gran herramienta para consultar acerca de si vacunas, medicamentos, tratamientos estéticos y otras cuestiones son compatibles con la lactancia: la web www.e-lactancia.org, donde con evidencia científica y en forma fácil se explica la compatibilidad de estas prácticas con la lactancia.
Vacunarse contra el Covid-19 no asegura no contagiarse, por lo que es fundamental seguir tomando las medidas de prevención adecuadas: lavado de manos, mantener la distancia recomendada y el uso de tapabocas.