Un motivo frecuente de consulta es sentirle a bebes y niñxs unas «bolitas», muchas veces en el cuello, detrás de las orejas.
Los ganglios son estructuras del sistema linfático, una parte de nuestro cuerpo que nos ayuda a combatir infecciones.
Los ganglios son MUCHOS, y se hallan en casi todo el cuerpo. Cuando están combatiendo una infección, se agrandan, y es más fácil palparlos por alguien entrenado.
Cuando un ganglio se agranda, lo llamamos adenopatía. Es MUY común en los niños. Hay una enorme diversidad de causas de adenopatias: resfríos, pediculosis, vacunación, infecciones de la piel…generalmente estos ganglios son pequeños, se mueven cuando los palpamos y son suaves al tacto. Van y vienen solos.
¿Cuándo nos preocupan los ganglios?
Cuando se acompañan de otros síntomas: fiebre constante, pérdida de peso, tos crónica, dolores óseos…También nos preocupan cuando son muy grandes, están colorados y calientes, están adheridos profundamente o son muy duros. Ahí tenemos que pensar en otros diagnósticos, como tuberculosis o enfermedades oncológicas.
Cuando necesitamos saber más de un ganglio (o un grupo de ganglios) solemos pedir análisis de sangre y a veces ecografías. Todo depende del cuadro clínico general.
Conclusión: la mayor parte de niños en edad escolar tendrán ganglios, sobre todo en el cuello, que van y vienen. Si no hay ningún signo de alarma, esto es perfectamente normal. Si algo nos genera duda, consultar con el pediatra de cabecera, quien con un examen físico detallado y con el cuadro clínico completo, evaluará los pasos a seguir.
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