¿Hay que sacarle las semillas a la banana para dársela a los bebés?, ¿y a la frutilla?, ¿y al kiwi?
Esta es una duda que se repite mucho, por eso quiero charlarla con ustedes.
Con las únicas semillas que tenemos que tener cuidado son con las “duras”, por ejemplo, las semillas de los cítricos o de la sandía. Estas semillas generan riesgo de asfixia, por eso hay que asegurarse de sacarlas todas antes de ofrecer la fruta.
Las semillas de la banana son esos puntitos negros que vemos en la foto. Es importante resaltar que no “caen pesadas” y que no hace falta retirarlas. Se ven en la caca como “pelitos negros”: ¡A no asustarse!, no son parásitos.
Por su parte, las semillas del tomate son muy pequeñitas y están inmersas en una matriz gelatinosa. Estas no traen riesgo. Y tampoco causan apendicitis…
Las semillas externas de la frutilla también pueden ser consumidas sin problema, al igual que las semillas del kiwi, que también están inmersas en la matriz de la fruta.
Por supuesto que ninguna de estas frutas son puntualmente imprescindibles: como familia vamos decidiendo en relación a las opciones y la información que tenemos.
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