La deshidratación se produce por un desequilibrio entre el agua que entra al cuerpo y el agua que sale.
Nuestro cuerpo pierde agua en condiciones normales a través de la orina, las heces, la transpiración, la respiración… También lo pierde en condiciones patológicas como vómitos y diarrea.
Durante las altas temperaturas, transpiramos más y perdemos más líquidos. La presencia de quemaduras por el sol, algo que tenemos que tomar todas las precauciones para evitar y pueden ser GRAVES sobre todo en niños, también contribuyen a la deshidratación.
¿Qué signos y síntomas podemos ver en niñxs deshidratadxs?
- Boca seca y pastosa
- Hace menos pis, pis más concentrado, o directamente no hace pis.
- Mal estado general, niñx que no juega, está muy decaidx
- Ojos hundidos, ojeras pronunciadas (no siempre las ojeras son por deshidratación, ¡no desesperar! Observar todos los síntomas)
- Llanto sin lágrimas
- Irritabilidad, dolor de cabeza o somnolencia
- Sed intensa
Es importante que ante estos signos consultemos para que el/la niño/a sea evaluado por un/a profesional y reciba el tratamiento adecuado.
¿CÓMO PREVENIR?
- En menores de 6 meses, ofrecer pecho o fórmula según la necesidad del bebé. No se sugiere ofrecer agua antes de esta edad, la hidratación se mantiene con la lactancia a demanda. Ofrecer con frecuencia el pecho o el biberón.
- En mayores de 6 meses, también ofrecer pecho o fórmula a demanda, más todo el agua potable que deseen.
- Ofrecer fruta fresca, que tiene alto contenido de agua
- Evitar exposiciones solares prolongadas y en horarios peligrosos.
Recordemos que en niños mayores de 6 meses, además de la lactancia, la mejor forma de hidratación es EL AGUA, evitando jugos, gaseosas o bebidas deportivas (no, la Gatorade tampoco sirve para hidratarse) que no sacian la sed (de hecho generan más sed) y aportan calorías vacías, colorantes y aditivos innecesarios.