En los últimos Jueves de Preguntas #JDP me estuvieron llegando muchas consultas relacionadas con el tema lactancia y dolor, por eso aproveché el finde largo de escapadita a Rosario para preparar este post donde contesto algunas de las dudas que más se repiten.
“Me dijeron que la lactancia no debe doler… ¡pero no es cierto!”
Sí, esta frase la pensamos muchas, sobre todo al inicio de la lactancia. Y no: la lactancia no debe doler. Si duele hay que buscar ayuda. Seguramente hay algo que se pueda modificar para evitar lastimarse o pasarla mal.
¿Qué factores afectan la lactancia?
Hay múltiples factores que pueden afectar la lactancia: la separación al nacer, las cesáreas sin trabajo de parto, la presión del entorno, las indicaciones profesionales erróneas (como el famoso “10 minutos de cada teta cada 3 horas”, que debería ser erradicado de la humanidad), el biberón pirata…
Entonces… ¿si alguna de esas situaciones sucede SEGURO voy a tener dificultades en la lactancia?
NO, cada díada es un mundo. Pero si pudiéramos recibir a los bebés en este mundo con más amor y más enfocados en su fisiología, seguramente habría menos dificultades en las lactancias.
Si deseamos amamantar, ¿quiénes nos pueden ayudar? Las asesoras en lactancia o puericultoras.
¿Siempre es una cuestión de la prendida? A veces sí, a veces no. En una consulta de lactancia observamos, entre otras cuestiones:
- La posición de los cuerpos.
- La posición de la cabeza y del rostro del bebé.
- La mecánica de la succión: tanto de la succión nutritiva como de la afectiva.
- La presencia de frenillos linguales y otras cuestiones en la boca.
Si deseás amamantar y hay dolor, no dudes en consultar a una puericultora. La lactancia deseada es una urgencia, y debería haber una puericultora 24 horas en cada salita de cada rincón del país.
¡Estamos trabajando para que esto suceda!
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